Nos estamos acercando a la época de vacaciones donde mucho de nosotros busca y necesita un cambio de aires, viajes, familia, y es en esta época donde más pecamos de hábitos insalubres, amparándonos en la excusa de que estamos de vacaciones.
A continuación, os vamos a mostrar el impacto que tiene en nuestra salud algunas de las costumbres que tomamos en este periodo.
A. INACTIVIDAD FÍSICA
Uno de los problemas que nos encontramos en el sector del entrenamiento personal es el educar a nuestros clientes a que el periodo de vacaciones, si bien es un momento para desconectar, no deberíamos dejar de entrenar, ya que estaríamos perjudicando nuestra salud.
Un ejemplo algo agresivo, pero para que nos sirva de ejemplo, son los estudios en los que se utiliza la metodología “bed rest”, la que consiste en dejar tumbados en la cama durante días a los sujetos de dichos estudios y estudiar que ocurre.
En sujetos mayores pero sanos 10 días de inactividad física (menos de lo que dura normalmente unas vacaciones) provocan una gran caída en ciertas mediciones de fuerza tan significativas como la pérdida de potencia en la subida de escalera, además de una caída de la capacidad aeróbica.
Por lo tanto, el mero hecho de dejar de entrenar puede suponer un gran impacto negativo en nuestro salud y funcionalidad
B. FALTA DE SUEÑO
Tanto por las reuniones familiares, con amigos o simplemente por leer o ver una serie, en vacaciones nuestras horas de sueños se ven reducidas. Este hábito que durante la pandemia ya se ha visto afectado, tiene multitud de riesgos para nuestra salud:
– Aumento del riesgo de padecer hipertensión
– Mayor riesgo de sufrir un infarto
– Mayor consumo calórico
– Disminución de la respuesta inmune
– Y un largo etcétera
C. COMIDA Y BEBIDA
El consumo abusivo de comida basura y alcohol en periodos de vacaciones es algo común en el conjunto de la sociedad, dicho consumo es especialmente preocupante en la adolescencia, lo cual es cada vez más común.
Además de los ya conocidos problemas asociadas al consumo de dichos alimentos y bebidas (riesgo de padecer sobrepeso/obesidad, hipertensión, síndrome metabólico, etc.) también puede llevarnos a problemas psicosociales, como el aumento del riesgo de padecer demencia, esquizofrenia o incluso riesgo de padecer exclusión social.
BIBLIOGRAFIA
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