Esta semana se publicaron las nuevas recomendaciones de actividad física por parte de la (WHO) que vienen a sustituir a las previas publicadas en 2010. Bajo el lema EVERY MOVE COUNTS y el hagstag #BeActive buscan concienciar contra la inactividad física y promover que elijas la forma que elijas, pero debes moverte y ser lo más activo posible en tu día a día.
Estas recomendaciones son las más globales e inclusivas desarrolladas hasta la fecha, ya que incluyen a poblaciones con enfermedades crónicas, con diferentes discapacidades y atienden por primera vez a dos etapas claves en nuestra vida como es el embarazo y el posparto, y están realizadas teniendo en cuenta todos los países, no ciñéndose a los contextos específicos de cada uno de ellos. Además, han utilizado información extraída de sensores de movimiento y actividad para conocer el impacto del movimiento en la salud general.
En los últimos años más de un 27,5% de población adulta y un 81% de poblaciones adolescente no llega a conseguir realizar los mínimos de actividad física recomendada, según fuentes de la propia WHO, por lo que desde esta institución se han marcado el objetivo de conseguir reducir un 15% la inactividad mundial en la próxima década, de cara a 2030.
Pero este objetivo que, a priori, puede parecer sencillo, requiere de una promoción necesaria de actividad física en muchas escalas simultáneas:
1. Aumento horas de Educación física escolar.
2. Promover e incentivar los desplazamientos activos.
3. Incluir la actividad física laboral en los puestos de trabajo más sedentarios.
4. Considerar el ejercicio físico como un servicio necesario y esencial en la sociedad.
El tener un mensaje tan positivo cómo el de:
“muévete, cómo quieras, baila, salta, juega, disfruta haciéndolo, todo movimiento cuenta”
puede, de primeras, ser tremendamente positivo, pero todo tiene su sombra.
¿Todo movimiento tiene mismo impacto en tu salud?
No debemos confundir ejercicio físico con NEAT (Non-exercise activity thermogenesis) que es el gasto calórico que tiene nuestro cuerpo al realizar cualquier actividad no considerada como ejercicio físico, pero que conllevan movimiento y actividad. Este alegato de movimiento de estas recomendaciones nos puede ayudar a mejorar este NEAT y luchar contra el sedentarismo, pero es necesario rascar algo más en la superficie, ¿por qué? Pues porque la WHO paralelamente también establece unos niveles mínimos de actividad dependiendo de los diferentes núcleos poblacionales, incluyendo en las franjas de edad aquellos/as con enfermedades crónicas y/o discapacidad salvo prescripción médica:
¿Qué deberías sacar en conclusión?
1. Es imprescindible frenar la tendencia al sedentarismo de la sociedad y orientar los futuros esfuerzos en aumentar el grado de actividad diaria.
2. Cada movimiento, cada acción que rompa esa inactividad, cuenta, y tiene un beneficio para la salud.
3. Pero, no podemos desatender la cara B de ese mensaje, cada movimiento cuenta, sí, pero hay que realizar un mínimo de actividad física semanal.
Y para realizar este ejercicio físico, que mejor profesional que el educador físico, como dice el Dr. Francisco Ortega Porcel, colaborador en el desarrollo de este guía de recomendaciones en declaraciones a ConsejoColef:
“El educador físico es el profesional más cualificado para el entrenamiento, para evaluar inicialmente el estado del practicante, para monitorizar tus progresos y planificar de forma eficiente tu proceso de entrenamiento que te ayude a alcanzar tus objetivos y reducir el riesgo de lesión”.
Dr. Francisco Ortega Porcel