Hemos tenido a lo largo de los últimos años muchos avances tanto en la investigación en la preparación física como en su difusión mediática, y que los primeros en compartir el trabajo físico que hacen por su cuenta son los deportistas en sus diferentes redes sociales.
A pesar de este inevitable avance por las razones que diremos a continuación, aun debemos de luchar con ciertas corrientes y creencias que tildan el trabajo de fuerza como algo contraproducente para para el rendimiento deportivo.
Si bien es cierto que los efectos beneficiosos del entrenamiento de fuerza se conseguirán si este está correctamente programado y llevado a cabo, un mal entrenamiento si puede ser potencialmente peligroso.
MENOR RIESGO LESIÓN
El deporte de alto nivel está plagado de lesiones, pondremos el ejemplo del futbol ya que es el más mediático. El estudio financiado por la UEFA llevado a cabo por Ekstrand & Wallden en 2011 en el que se analizaron las lesiones de 23 equipos del más alto nivel durante 7 años, nos mostró unos datos muy esclarecedores:
– 4483 lesiones en total, 8 cada 1000 horas.
– Cada jugador sufriría una media de 2 lesiones por temporada.
– Las recaídas causaban un tiempo de baja mayor a las primeras lesiones.
Todo esto con un enorme gasto socio-económico para los clubes, tanto en tiempo como dinero.
Aquí es donde entra en funcionamiento el entrenamiento de fuerza, como herramienta más eficaz para reducir el riesgo de lesión de estos deportistas. En una revisión de Lauersen y colaboradores en 2014 en el que se comparaba varios métodos de entrenamiento y su efecto en la reducción de las lesiones se observó que el entrenamiento de fuerza podría reducir las lesiones en 1/3 y las lesiones por sobreuso a la mitad.
En otra investigación del mismo grupo (Lauersen et al., 2017) justifica el triunfo del entrenamiento de fuerza debido a que mejora la coordinación intermuscular, la técnica y aumenta la tolerancia de los tejidos que pueden verse comprometidos.
MÁS FUERTE, MÁS RÁPIDO
El correcto entrenamiento de fuerza, además del papel preventivo tiene un papel potenciador. Ciertos investigadores (Suchomel et al., 2018) afirmas que existe una relación entre el aumento de fuerza y el rendimiento deportivo a lo largo de la carrera deportiva.
En la curva que se muestra arriba vemos como el aumento de fuerza, en este caso expresado por la fuerza relativa en la sentadilla trasera, va relacionado con el aumento de la capacidad de rendimiento, siendo el objetivo llegar a la última fase (fase de reserva) donde los beneficios serán mayores. Este aumento de la fuerza conlleva una mejora en acciones claves en el rendimiento deportivo como saltos y sprints, además de acciones específicas (Suchomel et al., 2018).
CONCLUSIÓN
Como podemos ver no existe justificación para no incluir el entrenamiento de fuerza con deportistas, de hecho, en el periodo que nos encontramos (pretemporada) puede ser el mejor momento para ello, ya que podemos dedicarle más tiempo para llegar en la mejor forma posible al comienzo de la temporada.
BIBLIOGRAFIA
Lauersen JB, Bertelsen DM, Andersen LB. The effectiveness of exercise interventions to prevent sports injuries: a systematic review and meta-analysis of randomised controlled trials. Br J Sports Med. 2014 Jun;48(11):871-7. doi: 10.1136/bjsports-2013-092538. Epub 2013 Oct 7. PMID: 24100287.
Lauersen JB, Andersen TE, Andersen LB. Strength training as superior, dose-dependent and safe prevention of acute and overuse sports injuries: a systematic review, qualitative analysis and meta-analysis. Br J Sports Med. 2018 Dec;52(24):1557-1563. doi: 10.1136/bjsports-2018-099078. Epub 2018 Aug 21. PMID: 30131332.
Suchomel TJ, Nimphius S, Bellon CR, Stone MH. The Importance of Muscular Strength: Training Considerations. Sports Med. 2018 Apr;48(4):765-785. doi: 10.1007/s40279-018-0862-z. PMID: 29372481.