El rendimiento en deporte de resistencia se basa en una compleja interacción de factores fisiológicos y biomecánicos. El ciclismo es predominantemente un deporte de resistencia, donde se requiere un trabajo al unísono de la cadera, rodilla y tobillo para producir fuerza contra un pedal (Beattie et al. 2014).
Las estimaciones de gasto energético es aproximadamente de 4.500 kcal para medio Iroman y 8.500 a 11.500 kcal para un Iroman completo (Gillum et al., 2006) Así la tasa de oxidación de carbohidratos y lípidos se convierte en un factor determinante del éxito de carrera en un triatlón (Laursen, 2011).
Es por ello por lo que la capacidad cardiovascular ha sido a menudo pensada como el principal factor limitante en el rendimiento de deportes de resistencia. Medidas clásicas como el consumo máximo de oxígeno (VO2 máx.) y el umbral de lactato (LT) han sido tradicionalmente utilizados en el laboratorio para predecir el potencial de rendimiento de los corredores, ciclistas, triatletas y esquiadores de fondo (Basset, Howley, 2000).
En consecuencia, la preparación física para estos deportes se ha centrado en el desarrollo de estas dos cualidades fisiológicas. Sin embargo, los atletas de resistencia de élite con niveles VO2máx. similares pueden tener diferentes resultados durante la prueba y, por tanto, la captación máxima de oxígeno no puede explicar plenamente el rendimiento durante la competición. Tradicionalmente, el único método para desarrollar el rendimiento de resistencia era el entrenamiento cardiovascular. Las investigaciones demostraron que este tipo de entrenamiento puede mejorar el rendimiento en personas desentrenadas (Frank, Flockhart, Sahlin, 2015).
Imagen tomada de: http://www.yourconditioning.com/
La eficiencia y las evaluaciones que incluyen un componente de la fuerza muscular, la resistencia específica, como la velocidad / potencia durante el consumo máximo de oxígeno (vVO2 max /wVO2 max) y la velocidad anaeróbica máxima de carrera (vMart), son indicadores de rendimiento superior en una población de élite (Paavolainen L, Nummela A, Rusko H. 2000).
El ser humano está diseñado y se desarrolla en su entorno gracias al movimiento, si éste se encuentra limitado o no existe, normalmente termina por aparecer patologías. El movimiento tiene lugar como consecuencia de la acción muscular, existiendo una gran cantidad de posibilidades que tiene el ser humano para crear acciones musculares y, por lo tanto, de crear movimientos. Siendo la fuerza muscular el productor final de dichas acciones, ya que el movimiento se genera a partir de la tensión muscular.
Es por ello que Tous en 2007 propone a la fuerza como capacidad física fundamental, siendo la capacidad de resistencia y la velocidad auxiliares de ésta.
Así el tiempo que tardo en alcanzar los distintos niveles de fuerza, es decir, la relación entre la aplicación de fuerza y el tiempo que se tarda en aplicar esa fuerza, es conocida tradicionalmente como velocidad. Mientras que el tiempo que el deportista es capaz de mantener un determinado nivel de fuerza, o en otras palabras, la capacidad de mantener una aplicación de fuerza a lo largo del tiempo. Es lo que tradicionalmente se ha denominado como resistencia.
Imagen tomada de: J. Tous, Nuevas tendencias en Fuerza y Musculación, 2007
La fuerza puede ser definida desde el punto de vista mecánico como toda causa capaz de modificar el estado de reposo o de movimiento de un cuerpo. O desde el punto de vista fisiológico siendo definida como la capacidad de un músculo o grupo muscular de generar tensión bajo condiciones específicas (Siff & Verkhoshansky. 1996) o como la definen Grosser y Müller (1989) capacidad del sistema neuromuscular de superar resistencias a través de la actividad muscular (trabajo concéntrico), de actuar en contra de la misma (trabajo excéntrico) o bien de mantenerlas (trabajo isométrico).
Estas definiciones hace referencia a las dos fuentes de fuerza en permanente interacción descritas por González Badillo: las fuerzas internas (producidas por los músculos esqueléticos) y las fuerzas externas (producidas por la resistencia de los cuerpos).
La fuerza interna es la tensión generada por los músculos. El músculo esquelético está constituido por varios tipos de fibra musculares especializadas en diferentes tipos de contracción.
Loveless en 2005 sugirió que al entrenar y por lo tanto aumentar la capacidad de producir fuerza, se necesita activar un número menor de fibras para una misma carga, de tal forma que ante una velocidad constante o ante una misma carga se retrase la fatiga de las unidades motoras individuales.
Otras investigaciones han reportado que los beneficios del entrenamiento de fuerza en deporte de resistencia están basados en un aumento en la producción de fuerza máxima, la mejora de la contracción de fibras musculares y la coordinación muscular, y en un retraso en la fatiga de las fibras musculares (Aagaard et al 2002; Hakkinen et al. 1998; Macaluso & De Vito 2004).
Ahora que ya sabes porque se considera a la fuerza como capacidad física fundamental y algunos beneficios del entrenamiento de la misma en deportes de resistencia. Ahora que sabes qué medidas clásicas como el VO2 max. no pueden explicar plenamente el rendimiento en deportes de resistencia. Qué métodos de entrenamientos tradicionales, orientados al desarrollo cardiovascular, solo mejoran el rendimiento en personas desentrenadas. Ahora ya sólo conoces la punta del iceberg.
Pero entonces, ¿Qué capacidad debemos de entrenar para mejorar el rendimiento de atletas en ciclismo? Ya que este es, como antes se ha comentado, un deporte de resistencia. ¿Sabes qué manifestaciones son más importantes entrenar? ¿Y qué método es el más apropiado?, ¿Cuáles son los indicadores de rendimiento para los deportes de resistencia?, ¿Y para el ciclismo?
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