Abro la sección sobre embarazo y postparto y qué mejor que hacerlo con un artículo en el que analizo cómo son las diferentes posiciones en el momento de parto y cuáles son las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas.
Este análisis nos ayudará a en la planificación del entrenamiento de una mujer embarazada y la recuperación del postparto según cómo haya sido éste.
Lamentablemente la mayoría de las mujeres desconocen que pueden decidir la posición durante el parto, lo cual es un punto a favor de la comodidad de la parturienta. Existen diferentes tipos de posturas, como por ejemplo la vertical, en sentadillas, tendido lateral o cuadrupedia (gatas), entre otras.
En primer lugar voy a explicar cómo se desarrolla un parto y las diferentes etapas durante el mismo. Los expertos (University of Maryland Medical Center, 2013) diferencian tres grandes etapas:
La primera de las etapas se caracteriza por completar la dilatación del cuello del útero, que a su vez está dividida en tres fases: latente, activa y de desaceleración.
La primera fase, fase latente, se caracteriza por tener unas contracciones fuertes y frecuentes y puede durar desde 10-12h hasta algunos días. El cuello del útero se borra o adelgaza. Esta fase puede confundirse con las contracciones Braxton Hicks, en el que el útero se contrae y endurece pero las contracciones no aumentan su duración e intensidad.
La segunda, fase activa, dura aproximadamente 2- 5h donde el cuello del útero aumenta de 3-4cm a 8-9cm.
Por último, la tercera fasees la de desaceleración o transición. El cuello del útero se dilata completamente y el bebé se encaja en la pelvis para abrir el canal del parto.
En la segunda etapa la madre empuja activamente para que el bebé salga hacia afuera. En madres sin anestesia puede que aparezcan vómitos y temblores.
Y por último, en la tercera etapa se expulsa la placenta. El hecho de empezar a amamantar (que viene precedido por la liberación de oxitocina) acelera este proceso.
Una vez teniendo claras estas tres fases pasaremos a ver esas ventajas y desventajas de las diferentes posiciones durante el parto.
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Fuente: mujer sabia www.mujersabia.com.ar
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La literatura reporta que el elegir una posición de parto da muchos beneficios tanto físicos como psicológicos. Las mujeres que tienen partos verticales tienen una menor duración de la primera y segunda etapa, informan menos sensación de dolor y mayor satisfacción con su experiencia en contraposición de las mujeres que dan a luz reclinadas, semi-reclinadas, o en decúbito dorsal. Es interesante recalcar que un parto vertical no es perjudicial para el recién nacido o el periné materno.
El único inconveniente es que puede haber una mayor pérdida de sangre durante la tercera etapa, puede ser debido a un edema perineal asociado a posiciones verticales. (Priddis H, 2011; Priddis H, 2012; Kleine-Tebbe A, 1996).
En 1999 Kelly F.W., en su revisión bibliográfica señala que la posición supina tradicional está relacionada con una segunda etapa prolongada. Sin embargo, las posiciones laterales en posición supina e izquierda son excelentes para proporcionar anestesia y acceso, además puede ser beneficioso para la comodidad de la parturienta. En la posición de cuclillas, puede que haya mayor participación de la madre, pero mantener la posición durante mucho tiempo puede ser físicamente agotador. Las posiciones de sentado y de pie son conocidas porque en ocasionales se producen hemorragias excesivas. La posición cuadrupedia ofrece las ventajas del efecto de la gravitación de las posiciones verticales y puede estar asociada con un menor daño perineal. No ha habido ningún informe de cualquier daño al bebé cuando se utilizan posiciones alternativas.
Según la OMS se desaconseja posición decúbito supino durante el parto en períodos prolongados, además, los cuidadores deben alentar a la mujer a adoptar una posición durante el parto en la que se sienta más cómoda, ya que no influye en el daño perineal (Gupta JK, 2000; Gupta JK, 2004). Las posiciones verticales pueden mejorar los resultados del parto y reducir el riesgo de parto instrumental, sin embargo hay poca tendencia a invitar a la mujer a que adopte estas posiciones.
Por otro lado, tener un asiento durante la segunda etapa del parto hace que haya un aumento de pérdida de sangre de entre 500 y 1000mL (pero no más de 1000mL) y no observan efectos adversos sobre los resultados perineales. Puede incluso tener un efecto protector contra las episiotomías (Li Thies Lagergen, 2011).
La mujer en posición sentada era menos propensa a tener una episiotomía y tenía más probabilidades de tener un desgarro perineal que la mujer en posición de decúbito. La mujer en posición semisentada era más propensa a tener un desgarro labial frente a la mujer en posición de decúbito (Li Thies-Lagergren, 2011).
De Jonge A. en 2010 observa en su estudio que el parto en posición vertical se asocia con daño perineal y mayor hemorragia. Barber MD en 2000 explica que hay mayor grado de prolapso en posición vertical.
Frente a estas conclusiones, los trabajadores de uno de los hospitales más grandes de Japón decidieron estudiar la incidencia de la hemorragia postparto en diferentes posiciones y concluyeron que no había diferencia de hemorragia en posición vertical o reclinada. En la tabla 1 los datos relativos a las mujeres de bajo riesgo a lo largo de 3 quinquenios.
Aunque se observó un aumento del riesgo de desgarro (asociado con madres primerizas), no hubo diferencias significativas en la incidencia de la pérdida de sangre (mayor de 500 ml) entre las mujeres con posiciones en decúbito y sentado. Por lo tanto, la conclusión de De Jonge et al. no puede considerarse universal y es necesario realizar estudios similares en cada región del mundo para definir el comportamiento de la población local (S Suzuki, 2007).
Hasta el momento los beneficios y riesgos de las diversas posiciones necesitan ser más estudiados. Entonces, las mujeres podrán tomar decisiones informadas sobre las posiciones que deseen asumir en el parto de sus bebés (Gupta JK, 2000; Mayberry LJ, 2003).
Según mi opinión, después de esta búsqueda exhaustiva, si comparamos el momento del parto (esfuerzo físico caracterizado por cambios fisiológicos y hormonales) con en el entrenamiento, esto me lleva a una clara conclusión: cada persona es diferente y necesita diferenciarse y adaptarse a las distintas situaciones, entrenamientos, etc, Igual que los entrenadores nos basamos en la INDIVIDUALIZACIÓN (un principio básico del entrenamiento), para ajustar cargas, ejercicios, tiempos de trabajo y descanso, para que la embarazada llegue físicamente bien al parto, esta debe hacer lo mismo y elegir cómo desea dar a luz.
Espero que este artículo os haya servido de ayuda y os haya mostrado el amplio abanico de posibilidades que tenemos las mujeres a la hora del parto.
Post escrito por Mercedes Posada