SOCIEDAD POLIMEDICADA, EL FUTURO QUE NOS ESPERA

El blog de hoy busca informar y hacer reflexionar a aquella persona que está leyendo esto, en ningún momento nuestro objetivo es desprestigiar la profesión médica ni a sus profesionales que hacen un trabajo tan necesario y duro para la sociedad.

 

Zomarist (diabetes tipo II), Atolme (hipertensión arterial), Glyxambi (diabetes tipo II), Ranexa (dolor de pecho relacionado con el corazón), Bisoprolol (beta-bloqueante), Rivaroxabán (anticoagulante), Atorvastatina (reducir los niveles de colesterol en sangre), estos son algunos de los medicamentos que uno de nuestros entrenados nos mostró que tomaba en la sesión de valoración, medicación que lleva tomando durante más de 6 años.

Veamos diferentes ejemplos de estas patologías a nivel estatal;

 

HIPERTENSIÓN

La hipertensión ha sido encontrada en el 42,6% de la población española >18 años (datos del estudio nacional Di@bet.es diseñado para estimar la prevalencia de diabetes mellitus y otros factores de riesgo cardiovasculares en la población adulta española), de los cuales un 88,3% se medicaban para el control de la tensión, sin embargo, tan solo un 30% de esos pacientes tenían un buen control de la tensión arterial. Este estudio nos abre una luz al aspecto en el cual queremos hacer hincapié, una pastilla puede ayudarnos a controlar en cierto modo nuestra tensión, sin embargo, nuestro estilo de vida es esencial para el adecuado control de la misma.

 

DIABETES TIPO II

La prevalencia de diabetes tipo II está incrementando a nivel mundial, incluida la población española, y esta patología se ha convertido en un hándicap difícil de resolver por el sistema sanitario. La prevalencia de diabetes en España es del 6,66% de la población total que forma parte del sistema nacional de salud en cuidados primarios, y tiene una prevalencia mayor en hombre que en mujeres (datos del año 2016, estudio Di@bet.es , se estima que los datos han aumentando año a año). Esta patología además de necesitar de medicación, puede llegar a causar problemas serios tales como provocar daño renal, provocar daños oculares, provocar daños en la circulación periférica, etc. La pregunta que podemos hacernos es; ¿es esto evitable? Pues para dar respuesta a esta pregunta debemos de observar cuales son los factores de riesgo para sufrirla;

– Tener tensión arterial alta

– Tener sobrepeso y obesidad

– Tener un estilo de vida inactivo

– Tener altos niveles de triglicéridos

– Ser mayor de 45 años

Todos estos factores de riesgo son completamente modificables excepto el relacionado con el envejecimiento. Con ello simplemente queremos hacer ver que pequeños cambios en nuestro estilo de vida tales como no fumar, hacer ejercicio regularmente, mejorar sus hábitos alimenticios y disminuir su cantidad de masa grasa corporal pueden ayudarle a mejorar los síntomas relacionados con esta enfermedad e incluso poder llegar a controlarla sin medicación.

 

PROBLEMAS CARDIOVASCULARES Y RELACIONADOS CON LOS VASOS SANGUÍNEOS

Los problemas cardiovasculares son otro de los problemas que más solemos encontrarnos en nuestros centros, entre los más destacados tenemos; Enfermedad de las arterias coronarias, insuficiencias cardíacas, ateroesclerosis y trombosis arterio-venosas profundas. Todas estas patologías están altamente relacionadas con las dos anteriormente mencionadas, veamos el ejemplo de la ateroesclerosis. Esta patología se caracteriza por la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las paredes arteriales y sobre sus paredes. Esta acumulación de sustancias en las arterias disminuye su flexibilidad natural para dilatarse y contraerse llevando a un aumento por consiguiente de la tensión arterial (ante un menor diámetro de la manguera, debe de pasar el mismo agua, por tanto debemos de aumentar la presión de la misma), y un aumento del gasto cardíaco.

Las causas principales son un nivel de triglicéridos elevados en sangre, fumar y otras fuentes de tabaco, resistencia a la insulina o diabetes, e inflamación de tipo sistémico provocada por diferentes factores como el estrés, la mala alimentación, la inactividad física y el consumo de alcohol.

Hipertensión, problemas cardiovasculares, hipercolesterolemia, diabetes tipo II, son las llamadas enfermedades silenciosas debido a que causan auténticos estragos en el organismo en el que actúan, sin embargo, estas patologías parecen estar generando una generación de personas polimedicadas que difícilmente modifican sus estilos de vida, los cuales preferentemente y si no existe una patología de base suelen ser los principales causantes de estas patologías.

 

¿Qué efectos tiene el ejercicio físico en estas patologías?

 

EJERCICIO FÍSICO E HIPERTENSIÓN

La participación en ejercicio regular es un determinante modificable clave de la hipertensión y se reconoce como una terapia fundamental para la prevención primaria, el tratamiento y el control de la PA alta. En promedio, el ejercicio aeróbico regular reduce la PA sistólica en reposo entre 5 y 7 mmHg, mientras que el ejercicio de fuerza reduce la PA sistólica en reposo entre 2 y 3 mmHg en personas con hipertensión. Estas reducciones de la PA siguen la «ley de los valores iniciales», de modo que las personas con valores de PA iniciales más altos experimentan reducciones aún mayores en la PA con el entrenamiento físico. En otras palabras, el ejercicio funciona mejor en aquellos que pueden soportar beneficiarse al máximo (datos extraídos del American College of Sports Medicine). Para obtener estos beneficios parece ser que la frecuencia debería de ser de 5 a 7 días por semana de ejercicio aeróbico (elíptica, bicicleta, caminar, correr, natación, remo, etc) complementándolo con 2/3 días por semana de ejercicios de fuerza, con respecto a la intensidad existe una creciente evidencia de que a mayores intensidades existe una mayor reducción de la PA, sin embargo aún no se ha establecido una relación riesgo-beneficio.

 

EJERCICIO FÍSICO Y DIABETES TIPO II

De nuevo, las recomendaciones del American College of Sports Medicine (ACSM) recomiendan realizar ejercicio aeróbico de forma regular para el mantenimiento de la glucosa en sangre, combinados con ejercicios de fuerza de alta intensidad (parece ser que la intensidad elevada en este tipo de patologías tiene unos mayores beneficios que la intensidad moderada o baja), ser más activo entre comidas, y tratar de realizar los entrenamientos posteriormente a las comidas, más que antes de las mismas debido a la naturaleza estabilizadora del metabolismo de la glucosa por parte del ejercicio físico. En definitiva, parece ser que el ejercicio físico realizado de forma regular y combinando diferentes modalidades del mismo con reducciones de los niveles de glucosa y una disminución de la resistencia a la insulina.

 

EJERCICIO FÍSICO Y PROBLEMAS CARDIOVASCULARES

Una conclusión significativa de una extensa revisión de la literatura es que los hombres y mujeres menos activos mueren o quedan discapacitados más jóvenes y con mayor frecuencia debido a enfermedades cardíacas y otras enfermedades crónicas que incluso sus pares ligeramente más activos. Lo que ahora está bien establecido es que los menos activos corren un mayor riesgo, y para estas personas, incluso una pequeña cantidad de actividad realizada la mayoría de los días disminuye el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y otras afecciones crónicas como insuficiencia cardíaca, diabetes tipo 2 y cáncer de colon.

En las personas que son algo más activas pero que no cumplen con las pautas básicas de 150 a 300 minutos a la semana de actividad aeróbica de intensidad moderada (o 75 a 150 minutos a la semana de actividad de intensidad vigorosa), agregar más actividad a lo largo de la semana brinda beneficios adicionales para la salud incluso si no cumplen con estas pautas. “Más es mejor” se aplica aquí a las personas que realizan muy poca o ninguna actividad, como caminar, así como a las personas que realizan algo menos del objetivo de 150 a 300 minutos por semana.

 

En conclusión, estamos ante el mayor reto de la sanidad pública y privada ya que se enfrentan a una sociedad polimedicada y con patologías de larga duración, cuyo objetivo más allá de modificar su hábitos y estilos de vida buscan mantener los estilos de vida que le han llevado a esa situación con el simple cambio de incluir una, dos o incluso 10 pastillas diarias, como el caso del hombre que comentamos al inicio de este blog. Esta reflexión no busca culpabilizar a las personas de su situación ni hacerlas sentir mal al igual que tampoco busca desmerecer a la medicina que tanto lucha por sacar adelante situaciones como esta, simplemente buscamos hacer un llamamiento a la cordialidad y el sentido común, si crees que este blog te ha hecho reflexionar sobre tus hábitos de vida ya habremos conseguido muchísimo.