Llega una de las épocas del año dónde más voluntad ponemos en un objetivo claro y conciso: lucir bien en verano. En estos tiempos dónde la salud se mide por likes and stories, y dónde un buen posado se ha convertido en una necesidad personal volvemos a encontrarnos con el consabido mensaje: “claves para la operación bikini”.
Si, hemos utilizado de forma capciosa el titular para poder debatir acerca de la importancia de la composición corporal y su relación con lo que realmente es interesante, la salud y su concepción más allá de los números y tallas.
Es necesario construir un mensaje desde una perspectiva que no implique la obsesión de culto al cuerpo, que no implique poner el foco en entrenar con el objetivo de obtener una recompensa estética para un periodo concreto, para obtener ese cuerpo 10 en verano, sino construir un mensaje dónde se busque un estado de salud y bienestar como un hábito a largo plazo, por encima de unos cánones estéticos.
Mientras, seguimos viendo cómo el acceso a la información es cada vez más sencillo y dónde estamos continuamente expuestos a este bombardeo de mensajes que buscan centrar la importancia en lucir según los patrones establecidos.
Problemas como los trastornos de conducta alimentaria (TCA), graves problemas de autoestima, tendencias obsesivas hacia la práctica deportiva, etc. son cada vez más comunes, llevándonos a una mala relación con elementos que deberían mejorar nuestro estado físico, mental y social.
Y es que, como comenta nuestro profesor y compañero Javier Butragueño “ la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”, ser capaces de entrenar bien, sentirnos fuertes, manejar de forma adecuada el estrés diario que tenemos alrededor, tener la posibilidad de mejorar nuestro descanso y un buen círculo de familiares y amigos con los que tener contacto es mucho más importante que la apariencia en sí misma, al igual que una buena apariencia física, con ese preciado cuerpo 10 no implica necesariamente una salud perfecta si no viene acompañados de otros factores mentales o sociales.
Es por ello, que más que centrarnos en una etapa o periodo concreto, en iniciar un plan hiperexigente de entrenamiento o una nueva dieta “milagro”, deberíamos plantearnos que la mejor “operación bikini” consiste en mejorar nuestro hábitos diarios, en entrenar acorde a nuestras posibilidades pero de forma recurrente, en ser conscientes y poner remedio a aquellos elementos que nos generen estrés o nos dificulten el descanso, en alimentarse adecuadamente y tener una vida social plena y satisfactoria.
En otra ocasión podríamos hablar de lo nocivo del término operación bikini o porqué no hay un término para la operación bañador turbo, pero no despotriquemos en exceso, por hoy, es suficiente.
